El tenis de mesa es uno de los deportes más populares para personas con discapacidad y con mayor número de practicantes. Los motivos son muchos, no siendo el menos relevante la capacidad de los personas con discapacidad para contactar y relacionarse con personas “estándar”.

Por ejemplo, un minusválido en silla de ruedas no tiene necesariamente que jugar con otro jugador en silla. Todo lo contrario, hay muchos jugadores en silla de ruedas que pertenecen a clubes de tenis de mesa convencionales y que incluso forman parte de los equipos de competición de esos clubes.



Medios auxiliares

Para el que juega a tenis de mesa en silla de ruedas, a menudo el problema es la diferencia de altura, máxime si su contrincante juega de pie. Esto se puede compensar con una silla especial más alta que la normal.

También es conveniente añadir un cojín adicional .De este modo, una persona en silla de ruedas tendrá la posibilidad de llegar casi hasta la red.

Si la silla de ruedas tiene empuñadura de empuje en el respaldo, se debe quitar, así como el reposa brazos lateral para permitir una mayor movilidad y no quedarse  enganchado con el brazo. Sin embargo la empuñadura del otro lado puede ser necesaria, como ayuda en ciertas situaciones para los jugadores con equilibrio reducido.

Si existen problemas con la sujeción, la raqueta sujetarse a la mano mediante una banda elástica o con un vendaje especial que se asegura con un tornillo a la empuñadura  de la raqueta y se sujeta a la mano con velcro.

Para personas de baja estatura habrá que conseguir tablados de elevación. En la mayoría de los casos, los útiles especiales pueden obtenerse mediante útiles auxiliares.

El tenis de mesa es un deporte en el que los principiantes notan un rápido incremento de los resultados. Con el entrenamiento correcto y cuando se comienza a ganarle a los contrincantes una bola y otra, es un impulso y un afianzamiento del sentido de seguridad.

Muchas personas con parálisis cerebral pueden mejorar su discapacidad jugando a tenis de mesa. En este deporte se ejercita la concentración, la coordinación y equilibrio, la condición física y la perseverancia.

Una persona con discapacidad causada por un traumatismo severo, como un accidente de tráfico, puede comenzar a jugar prácticamente al levantarse de la cama.

La técnica

Hace falta mucho entrenamiento cuando se juega en silla de ruedas. No es fácil jugar y dominar la silla al mismo tiempo. Si esto no se logra, es fácil que se pierda el juego.

El jugador con discapacidad, por regla general, no tiene tanta facilidad de movilidad hacia atrás como hacia los lados. Por tanto, tiene que bloquear los golpes del contrincante al borde de la mesa, lo que hace que el juego sea más defensivo.



Competición

El tenis de mesa paralímpico se juega en dos modalidades: de pie  y en silla de ruedas.
Tanto en una como en la otra se sigue el reglamento de la ITTF (Federación Internacional de tenis de mesa) con ligeras modificaciones: cuando se realiza el saque la pelota debe salir por la línea de fondo y no por los laterales (para la modalidad de silla de ruedas); en los juegos de dobles, en cuanto se ha realizado el saque y la devolución correcta, cualquier jugador puede golpear la pelota; además, un jugador puede apoyarse en la mesa para mantener el equilibrio siempre y cuando ésta no se mueva.

Las dimensiones de la mesa de juego son las mismas que las que se utilizan en el tenis de mesa tradicional.

El nuevo sistema de clasificaciones funcional permitió reducir a diez el número de clases. Con ello los deportistas de las tres federaciones se incluían en una de las diez clases según su grado de discapacidad y funcionalidad.

La competición se divide en pruebas individuales, por equipos y open, en las categorías femenina y masculina. Los partidos se disputan a 11 puntos, al mejor de 5 sets. Gana quien llega primero a los 3 sets.



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